TRANSMISIONES EN AUDIO DE LOS CULTOS

domingo, 30 de junio de 2013

¡CRISTIANOS!, POR PRIMERA VEZ

O seguimos las huellas de Cristo, o traicionamos nuestro propio nombre

Hechos 11:26


Una palabra de los Hechos de los Apóstoles nos emociona hasta hacernos casi  llorar... Ha estallado en Jerusalén la primera persecución contra la Iglesia naciente, a  raíz de la muerte de Esteban. Se dispersan los discípulos, y empieza a difundirse el Evangelio entre las sinagogas judías del Asia Menor. Pero algunos discípulos, más  audaces, llegan a Antioquía y predican a los gentiles el nombre del Señor Jesús.

ANTIOQUÍA DE SIRIA
Antioquía, en Siria, era en población y en importancia la tercera ciudad del Imperio, después de Roma y Alejandría. En ella se funda la primera Iglesia entre los paganos, y va a jugar un gran papel en la difusión del Evangelio.
Se enteran los Apóstoles en Jerusalén, y encomiendan a uno, bien significado, esta misión delicada:
- Bernabé, marcha a Antioquía, e investiga a ver qué pasa allí.
Llega el enviado de los Apóstoles, ve las cosas, y no sale de su admiración:
- Pero, ¿cómo es posible tanta gracia de Dios aquí? ¿Y cómo se han multiplicado tanto los discípulos del Señor?
Los creyentes, a su vez, se sentían felices:
- ¡Gracias, porque los Apóstoles del Señor te han enviado a nosotros! Te llamas  Bernabé, que significa “consuelo” y “exhortación”. ¡Y cómo nos consuelas y cómo nos animas!
Los creyentes van creciendo y multiplicándose, y Bernabé tiene un gesto de consecuencias enormes. Marcha a Tarso, donde está el convertido Saulo:
- ¡Pablo, vente, vente conmigo! Vamos a Antioquía, que allí nos espera una gran labor.
Todo un año se pasan los dos en esta Iglesia, predicando, animando a todos. Y, ante  la noticia de que los hermanos de Jerusalén son víctimas del hambre que se ha echado  por toda la Judea, estos discípulos de Antioquía hacen una gran colecta, y mandan con ella a Bernabé y Pablo hasta Jerusalén.
Lo entregan todo a los Apóstoles, diciéndoles con gozo:
 - Tomad esta muestra de amor de los cristianos de Antioquía.
- ¿Cristianos? ¿Qué es eso de Cristianos?...
- ¡Sí, Cristianos! Así nos han empezado a llamar los paganos en Antioquía, porque no sabían qué nombre darnos. Y, por seguir a Jesús, se nos quedó el mote…

SER CRISTIANO
Para algunos, ser “cristiano” es primariamente cultural y tradicional, un título nominal heredado de una generación previa, el efecto previo que implica evitar ciertos comportamientos y asistir ocasionalmente a la iglesia.
Para otros, ser cristiano es principalmente algo político, una búsqueda para defender valores morales en la plaza pública. No obstante muchos definen el cristianismo en términos de una experiencia religiosa pasada, una creencia general en Jesús o un deseo por ser una persona buena. Sin embargo, todo esto cae lentamente y muy por debajo de lo que realmente significa ser cristiano desde la perspectiva bíblica.

Que alguien le llamara “cristiano” (en griego, Christianoi) era que le identificaban como discípulo de Jesucristo y lo asociaban con El como su seguidor. De modo similar, los de la familia de Cesar se referían a ellos mismos como Kaisarianoi, los cristianos, en cambio, no daban su lealtad suprema a Roma o a cualquier otro poder terrenal sino que toda su dedicación y adoración estaban solamente reservadas para Jesucristo.

Por esto, SER CRISTIANO, EN EL SENTIDO REAL DEL TÉRMINO, ES SER SEGUIDOR INCONDICIONAL DE CRISTO.

CRISTIANO, ES LA COSA MÁS HONORABLE QUE SE PUEDE SER EN ESTE MUNDO.
CRISTIANO, ES EL NOMBRE QUE CON MÁS ORGULLO SE PUEDE PRONUNCIAR. Lo que comenzó como un ridículo pronto se convirtió en una insignia de honor.
CRISTIANO, ES EL SELLO QUE MARCARÁ NUESTRO FÉRETRO GLORIOSO EN NUESTRO ÚLTIMO DÍA.
CRISTIANO ES, SIN EMBARGO, EL TÍTULO MÁS COMPROMETEDOR QUE OSTENTAMOS. O seguimos
Las huellas de Cristo, o traicionamos nuestro propio nombre.


Cuando nosotros nos llamamos cristianos, proclamamos al mundo que todo sobre nosotros, incluyendo nuestra identidad personal misma, se cimenta en Jesucristo porque nos hemos negado a nosotros mismos para seguirlo y obedecerlo. Él es en tanto nuestro Salvador como nuestro Soberano y nuestras vidas se centran en agradarlo a Él. Profesar el título es decir como el apóstol Pablo: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” Filipenses 1:21; 1Pedro 4,16.

1 comentario:

Guadalupe A Hernández dijo...

Excelente aportación y reflexión. Nos llama a comprometernos.
Gracias
Dios te bendiga