TRANSMISIONES EN AUDIO DE LOS CULTOS

jueves, 21 de febrero de 2013

GANAMOS, GANAMOS, GANAMOS


GANAMOS, GANAMOS, GANAMOS
¿Cuáles son las únicas tres cosas que pueden pasar cuando compartimos nuestra fe?
1.       La persona puede recibir a Cristo
2.       Puede rechazar a Jesucristo
3.       Podemos sembrar una semilla
Después de hablar de cada una de las posibilidades, se me ocurre una gráfica similar a esta:
ACEPTACIÓN
SEMILLA PLANTADA
RECHAZO
BUENO
GANAMOS
BUENO
GANAMOS
MALO
PERDIMOS
Determinemos que aceptar a Jesús es una buena situación, plantar la semilla es una buena situación y rechazar el evangelio es una mala situación.
Otra forma de verlo es que aceptar a Cristo es una situación en la que ganamos, plantar la semilla es otra situación en que ganamos y el rechazo es la situación en que perdemos.
Concluimos entonces, que el sesenta y seis por ciento de las veces que compartimos nuestra fe es una situación de ganancia. ¿Son buenas probabilidades? Dos-tercios de las veces que compartimos nuestra fe, literalmente, ¡no perdemos!
El mayor temor que la gente dice tener acerca de predicar el evangelio es el temor a ser rechazado.
Nunca imaginé que estos versículos cambiarían el resto de mi vida. Estaba sentado en el muelle junto al lago cuando Dios habló a mi corazón en una forma que nunca antes lo había hecho. Leía 1 Pedro 4:14, que dice:
Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado”.
Piénsalo por un momento. Si en algún momento nos rechazan en el nombre de Jesús, seremos bendecidos y la gloria de Dios descansará sobre nosotros. Si pudieras tener la gloria de Dios resplandeciendo sobre ti y reflejarla a otros, ¿no te gustaría hacerlo? ¡Todos querríamos que eso fuera posible! Una de las formas en que eso puede suceder es cuando nos rechazan en el nombre de Jesús.
Dios no había terminado de hablarme todavía. Lucas 6:22-23 dice:
“Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón  es grande en los cielos, porque así hacían sus padres con los profetas”.
¿Te das cuenta que cuando te rechazan, Dios tiene recompensas aguardándote en el cielo que van a hacer que cualquier recompensa que puedas recibir en la tierra parezca poca cosa? Eso es verdaderamente asombroso.
Unos jóvenes universitarios, decidieron salir a evangelizar. Después de no obtener respuesta en ocho casas, se empezaron a desanimar y consideraron abandonar e intentarlo otro día, pero recordaron cuál era su recompensa en el cielo y siguieron. A la puerta de la novena casa se encontraron con un hombre sentado en su silla mecedora con una cerveza en la mano. Cuando empezaron a conversar con él, rápidamente les explicó que estaban desperdiciando su tiempo. Ante la pregunta de por qué hablaba de esa forma, él respondió: “Porque no hay forma de que Dios pueda perdonarme todos mis pecados”.
Les explicó que mientras estaba en Vietnam su misión era entrar a pueblos y aldeas de forma repentina y matar indiscriminadamente a mujeres y niños.
Los jóvenes comenzaron a mostrarle el amor de Dios. Le hablaron del pecado y de la sangre purificadora de Jesús. Cuarenta y cinco minutos más tarde el hombre dijo: “Realmente necesito a este Jesús del que están hablando”.
Después de la oración el hombre les dijo: “!Tengo ganas de leer mi Biblia! ¡Me siento como que quiero ir a la Iglesia! Es lo que quiero hacer”.
¡Qué maravillosa historia! Pero ¿Qué habría pasado si estos jóvenes hubieran abandonado la misión como pensaban hacerlo minutos antes? ¿Qué habría pasado si les hubiera importado más el rechazo que experimentaron que las recompensas del cielo?
Había dicho algo que no era cierto. Había dicho que tenemos una probabilidad de ganar dl sesenta y seis por ciento cuando compartimos nuestra fe. Ahora conocemos estos versículos y veamos cómo cambia nuestra gráfica:
ACEPTACIÓN
SEMILLA PLANTADA
RECHAZO
BUENO
GANAMOS
BUENO
GANAMOS
BUENO
GANAMOS

En la Palabra de Dios aprendimos que cada vez que compartimos nuestra fe estamos en una situación en la que ganamos. No tengo que preocuparme porque el diablo me quiera convencer de no testificar porque la Palabra de Dios dice que no puedo perder haciéndolo. ¡Ganamos cada vez que lo hacemos!

'Lo Único Que No Podrás Hacer En El Cielo', Mark Cahill