TRANSMISIONES EN AUDIO DE LOS CULTOS

martes, 27 de octubre de 2009

la Música







Música en adoración parte 2: Criterios para juzgar su uso en la iglesia



Música juntos
Lo primero que debemos reconocer es que cuando usamos música para adorar estamos haciendo algo juntos. Este es un concepto totalmente básico para la iglesia. Somos una comunidad compuesta de diversas personas. Unidad en diversidad. No es muy probable que en la iglesia habrá acorde total acerca de lo que es la mejor música, y si lo hay, es un problema pues quiere decir que no hay diversidad.
Entonces la iglesia no es el lugar para promover tu música peculiar, sea el rap, el metal, el jazz o la música de Mozart, como lo que todos deberían usar y apreciar. Estamos buscando en la iglesia música que nos ayuda a todos juntos, como comunidad, expresar nuestra alabanza a Dios. El tipo de música que se usará en cada situación (cada cultura, cada iglesia) puede variar. Lo importante es que la música que se use en la iglesia sea una expresión comunal, no algo idiosincrático. Si tú vienes a mi iglesia entusiasmado con dirigir la adoración con el estilo Jap-rock, te diré que no. No porque creo que el Jap-rock es del diablo, sino porque es un estilo muy único que no cabe con las metas que nos hemos propuesto. La música en adoración es algo en lo que todos debemos poder participar. Pero por otro lado es totalmente apropiado usar una variedad de estilos y hasta de vez en cuando usar un estilo muy único como para explorar la diversidad de emociones y posibles maneras de adorar a Dios. Pero nuestra base siempre será determinar si es algo que sirve a la iglesia. El líder de adoración no se está sirviendo a sí mismo. No está al frente de la iglesia para tocar lo que a él más le gusta, sino que está para guiar al pueblo de Dios en adoración. Por eso el líder de la alabanza debe ser el siervo de la congregación.



La dinámica del cool
Como hemos visto, la música misma (el sonido) no tiene un aspecto moral. Pero la manera en que la usamos sí lo puede tener. Entonces, puede haber música muy sensual en el sentido de que las letras, el mercadeo y la interpretación de la música están todas diseñadas para producir una sensualidad mundana que se convierte en tentación. También, quizás en otra situación, la actitud del intérprete, el tono de su voz (o grito) y la manera en que la música apoya esta actitud puede producir enojo y frustración.
En estos casos la música no es mala, pero la música sí se ha usado en un paquete mundano o carnal. Esta es una distinción importantísima, y creo que por falta de hacerla muchos críticos de la música popular cristiana fallan completamente. Ellos ven una interpretación muy mundana de la música cristiana y concluyen que el problema es la música misma, cuando el problema no es la música sino la presentación de la música y la actitud del intérprete.
Me sorprende y me entristece ver cuán fácilmente intérpretes cristianos adoptan las afectaciones y actitudes de intérpretes musicales del mundo. Le llamo a esto la dinámica del cool. El rap, por ejemplo, es un estilo musical pero también es una actitud. No es solo música (algunos diría que no es ni música – pero ese debate para otro día). Es música usada para expresar egoísmo, para engrandecerse a sí mismo. Si escuchamos las letras y observamos las posturas, tonos de voz y expresiones de estos intérpretes es obvio que este estilo existe para alardearse a uno mismo. Todo se trata de “yo soy esto y el otro” o “yo soy el mejor, el más cool” o “yo te haré a ti esto y el otro”. Es un estilo/actitud que surge del gueto, donde uno tiene que presentarse a sí mismo como alguien duro para sobrevivir. Muchos jóvenes parecen pensar que pueden adoptar todas esas mismas posturas y actitudes egoístas y llamar lo que están haciendo “cristiano” con tal de que las letras digan algo acerca de Jesús. Hermanos, no seamos tan simples. La música popular nos presenta con un paquete. No es sólo música, sino música y actitud. No entiendo cómo podemos ser tan torpes acerca de esto, y me pregunto si muchos intérpretes cristianos solo cantan canciones a Jesús solo porque ese es el ambiente en que se encuentran, cuando en realidad lo único que les interesa es estar frente a la gente haciendo música. Y nosotros los cristianos dejamos que se importen estas actitudes del mundo a nuestra cultura cristiana. ¿Por qué? ¿Será porque al fin y al cabo estas actitudes nos atraen? ¿Es por eso que las dejamos entrar?
Observemos las imágenes y la mercadotecnia que se usa en CDs “cristianos” y notaremos que las posturas y las actitudes que se muestran son iguales a las de los mismos artistas de ese estilo en el mundo. Yo no estoy en contra de ningún estilo de música. Pero interpretemos la música como cristianos, mostrémosle al mundo la diferencia. No es solo que le hemos cambiado las letras a nuestras canciones para que en vez de cantarle a una mujer ahora le cantamos a Jesús. Nuestra actitud y la manera en que nos presentamos al mundo debe también ser diferente. Hermano, si vas a tocar el “rap cristiano”, adelante. Pero acuérdate que tienes que transformar las actitudes con las que viene esta música. Por una, no te presentes con cara de duro asesino, como si fueras un cristiano cool. Sonríe, pues tienes un mensaje positivo y no eres cautivo a esas actitudes desesperadas del mundo. El mensaje del evangelio es que no tienes que ser un personaje duro y desesperado, pues Dios de ama y te acepta tal como eres.



Diferencia entre interpretación y adoración
Debemos entender la diferencia entre ser un intérprete músico que da un concierto musical y un líder de adoración que ayuda a un grupo de cristianos a enfocarse en Dios. En una interpretación artística hay más lugar para ser creativo y hasta también atraer atención personal a los músicos (por ejemplo aplaudir el talento de un guitarrista que es excelente). Esto no es adoración. Es interpretación y lo disfrutamos como cualquier otra obra artística. Es totalmente apropiado. Y agrego que el hecho de que uno sea cristiano no quiere decir que siempre debe tocar música que habla de Jesús. Música es algo buen en sí, para ser disfrutado como todas las buenas cosas de Dios.
Pero en adoración es diferente. En adoración el enfoque es específicamente en Dios. El buen líder o instrumentalista de adoración, entonces, es el que se minimiza a sí mismo, es el que queda en el trasfondo, el que lidera sin ser el centro de atención. Desafortunadamente hemos mezclado estas categorías de interpretación y adoración y tenemos conciertos de adoración en los cuales no es totalmente claro qué estamos haciendo. ¿Estamos adorando a Dios, o estamos alabando el talento del intérprete? ¿Estamos enfocados en Dios, o estamos fascinados con la interpretación del artista? ¿Qué es lo que nos atrae, Dios o el cool? Es otra área en la cual hemos aceptado principios mundanos para hacer las cosas del señor. El “concierto de alabanza” debería de ser algo único, algo diferente. No debería ser una imitación del concierto secular donde todos le gritamos al artista y le aplaudimos y le tratamos como una estrella. No estamos pensando claramente acerca de lo que estamos haciendo. No nos damos cuenta (aunque es totalmente obvio) que cuando adoramos a Dios con la ayuda de una gran presentación técnica como la que vemos en conciertos modernos corremos el riesgo confundirnos a nosotros mismos. Presentamos la gloria del hombre para que nos guíe a la gloria de Dios. Pero al fin y al cabo ¿A quién se adoró en el evento? ¿Era Dios, el intérprete, o nada más que las emociones causadas por la presentación? Acordémonos que la gente del mundo va a conciertos y se apasiona allí también. Esto nos debería preocupar un poco. ¿Es realmente diferente la experiencia nuestra?
El artista como líder de adoración debe ser alguien que está consciente del peligro de adoración falsa. Debe estar preocupado por la posibilidad de que la gente le adore a él y a su música en vez de a Dios. Necesitamos líderes de adoración humildes que nos lleven a Dios y que entiendan cómo hacerlo sin glorificarse a sí mismos. Esto es un don – quizás un don espiritual. También creo que mayormente la responsabilidad de corregir estos problemas en adoración le cae principalmente al líder de alabanza. Él o ella debe hacer las cosas de tal manera que no causen confusión en el pueblo de Dios. Líderes de alabanza deben estar preocupados acerca de esto, no sea que les estén quitando la gloria a Dios.



Conclusión
Música no es en sí ni mala ni buena, pero la manera en que usamos música sí lo puede ser. Entonces, para asegurarnos de que la estamos usando bien en nuestras iglesias, prestemos atención a lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo y no nos dejemos manipular por las prácticas y actitudes del mundo. La meta es adorar a Dios. Cada día y en cada evento de adoración, sea un concierto o un culto, deberíamos preguntarnos si estamos haciendo algo que le quita la gloria de Dios, o que impide la participación de la congregación en adoración.

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